Se
puede definir la literatura infantil como todas aquellas producciones
literarias orales y escritas compuestas para desarrollar la fantasía,
imaginación, creatividad, sensibilidad, conocimiento y adquisición del lenguaje
infantil. Por lo tanto, es el conjunto de textos literarios que la sociedad ha
considerado aptos para los más pequeños, pero que originalmente se escribieron
pensando en los lectores adultos. Es un arte que recrea contenidos humanos profundos
y esenciales, emociones y afectos, capacidades y talentos que abarcan
percepciones, es decir, es una forma de
expresión artística que engloba una diversidad de géneros literarios, la cual
utiliza un lenguaje o palabra como medio para así representar el mundo de los
niños.
La
literatura Infantil surge para el Siglo XVII, donde aparecen obras que versan
sobre fantasía, siendo un reflejo de los mitos, cuentos y leyendas. Durante el
Siglo XVIII empieza a verse la infancia como estadio diferente al de los
adultos, ejemplo de ello tenemos a Robinson Crusoe ó La Bella y la Bestia. Para
el Siglo XIX con el movimiento romántico arriba al siglo de oro de la literatura
infantil, ya que son muchos los autores que editan sus obras con una
extraordinaria aceptación entre el público joven. Para el Siglo XX aparecen
nuevos formatos gracias a las técnicas pictóricas y la ilustración de las
historias, donde las palabras son acompañadas de imágenes que contextualizan la
narración y aportando nexos de unión a la historia. Durante los años 60 hay reivindicaciones
en los derechos infantiles El Principito y luego para los años 70 hay un
desarrollo económico y cultural, donde nace una nueva visión de la infancia y
surge una nueva forma de educar, creando más libros ya que se amplía la
escolaridad y aparecen diferentes temas en la literatura. En los años 80 se dan
cambios bruscos en las editoriales,
donde se acentúan los conflictos personales. Para el Siglo XXI la literatura infantil se encuentra
muy consolidada dentro de la mayoría de los países.
El objetivo primordial de la
Literatura Infantil es:
.-
Incentivar la creatividad, (estimula la imaginación)
.-
Debe existir un reconocimiento grafico verbal (relaciona graficas con fonemas)
.-
Ampliación del léxico (adquisición de nuevas palabras)
.- Aprenda secuencias de hechos
.- Memoria
.- Construir un lector
Ahora bien, podemos decir que la Literatura
Infantil son todas las manifestaciones que tienen como base la palabra y
promueven el interés del niño, abarca: narraciones, poesías, cuentos, teatro,
rimas, adivinanzas, trabalenguas, etc.
La
Literatura Infantil como base teórica cumple con la tarea de socializar al
niño, ya que a través de esta se familiariza con la sociedad, donde habita su
uso al momento que lo ayuda ampliar su campo experimental, a fin de transferir
la cultura de uno a otro, recreando imaginación y expresando sentimientos.
A
su vez, está fundamentación se basa con el apoyo en el estar y en el ser niño,
perspectiva en la cual no hay mejor vínculo que el existente entre el arte y el
espíritu de infancia, entre la poesía y naturaleza del ser niño, entre el
prodigio del arte y el milagro del ser infante, porque literatura e infancia
comparten como elementos intrínsecos y comunes una misma identidad.
Dentro
de la Literatura Infantil nos
encontramos con unas características principales basadas en una trama lineal,
aunque últimamente la evolución de la literatura infantil, ha llevado a tramas un poco más complejas,
con diferentes planos temporales, varias voces narrativas y tramas secundarias
como en la gran literatura, aunque, por supuesto, sin llegar a niveles
semánticos demasiado complejos que la hagan inaccesible al joven lector. El
tiempo y el lugar generalmente son inseparables, establecidos así: “Había una
vez”, “En un lugar muy lejos de aquí”, “Hace mucho tiempo”, entre otros.
Existen imágenes de maravillosa sencillez. Estilo no recargado ni retórico; por
el contario muy ágil, dinámico y bastante depurado. Empleo frecuente del
diálogo en un estilo narrativo directo, poco referencial. Actualmente se
observa con mucha frecuencia la presencia de personajes genéricos como “topo”,
“sapo”, “ardilla”; Empleo exhaustivo del
sinsentido, el absurdo, la hipérbole, y otros recursos humorísticos. No se
detiene mucho en la descripción de personajes o lugares, para ganar tensión
narrativa.
Por
lo tanto, se puede decir que la literatura infantil se caracteriza por los
siguientes aspectos:
1.-
Tema: el niño debe estar íntimamente
identificado: 0 a 3 años los temas deben ser monográficos y realistas, es
decir, que estén relacionados con la casa, escuela y la familia. Además que los
libros sean para manipular y hagan juego visual. 3 a 6 años: se refieran a
pequeñas anécdotas, que correspondan a experiencias vividas y que los
protagonistas sean animales o niños en quienes se pueda reconocer. Debe existir
personajes y situaciones fantásticas, brujas, hadas, gigantes, cuentos clásicos
y populares. Y que los textos sean pensados para lectura y escritura.
2.-
Lenguaje y Estilo: este debe ser asequible, pero a su
vez debe ser mágico; que contenga descripciones claras, agiles y cortas. Debe
existir un vocabulario variado, adecuado, preciso e imaginativo, que lo hace
sencillo a frases cortas y sus personajes tienen que hablar como lo hacían en
la realidad.
3.- Estructura;
tiene que ser simple y lineal, es decir, con planteamientos, nudo y desenlace. Esta estructura puede ser
normal, acumulativa y circular.
4.-
Espacio: debe ser reconocido por el niño, tiene
que hacer referencia aquellos lugares que le resulten familiares.
5.-
Tiempo: debe ser fijo, es decir, no se puede
estar saltando de presente a futuro o a
pasado; ya que de lo contrario se perdería el hilo.
6.-
Personajes: debe resultar familiar para el niño y
sentirse identificado con el protagonista.
7.-
Formatos y Edición: los libros deben ser resistentes y
flexibles con imágenes y letras grandes
y llamativas.
8 Valores:
Se deben tratar conceptos universales y positivos como el autoconcepto y la
autoestima.
Aunado
a todas esas características que conforman la literatura Infantil podemos
encontrar una serie de funciones que se
detallan a continuación:
Función
didáctica: Esta función consiste como recurso útil para realizar las
actividades diarias de la educación inicial, tiene como objetivo ayudar a
explicar diferentes temas.
Función
ética: con esta función se logra transmitir a
los niños valores formativos que permiten la configuración de la conciencia
moral.
Función
psico-social: Consiste en establecer una estrecha
comunicación entre niño y maestra y niño a niño, ya que contribuye a la
formación de hábitos de la lectura y a la preparación y desarrollo de un buen
lector.
Función
estética: Comprende los valores artísticos, la
sensibilidad inmersa en un texto y la capacidad de expresión alcanzada.
Despierta en el niño(a) la creatividad, el buen gusto por la lectura como
actividad grata y la estimulación que incita a la acción, ejemplo de ello es la
dramatización.
Función
Informática: Esta función es la más importante, ya que cumplen los textos usados en el entorno
escolar. Su función es la de informar, la de hacer conocer el mundo real,
posible o imaginado al cual se refiere el texto.
Función
Literaria: Son aquellos textos que tienen una
intencionalidad estética. El autor emplea un lenguaje figurado lo más
importante es el “como se dice”.
Función
Apelativa: Intenta modificar comportamientos,
lleva al receptor en aceptar lo que el autor dice. Función expresiva:
Manifiesta la subjetividad Del emisor, sus estados de ánimo, sus afectos y sus
emociones.
La Literatura Infantil Venezolana
nace del mismo corazón de nuestra cultura aborigen. Los mitos de creación de
nuestras etnias y toda la riqueza cultural de su tradición oral, formas de
transmisión de conocimientos y valores a través del habla, de la narración, de
los Taurón Pantón, Cuentos y leyendas; Pemontón Taremurú, Invocaciones Mágicas;
Pantón Neké, los no cuentos; o Ekaré, relatos verdaderos, que forman parte de
todo ese legado preservado por más de quinientos años en el seno de la cultura
Pemón, al igual que el Nüchi’ki’, en la cultura Wayuu, y que fueron recopilados
por investigadores como Miguel Ángel Jusayú, Paz Ipuana, Fray Cesáreo de
Armellada por nombrar los más importantes. Se nutre de la cultura africana que
llegó a nuestras costas con sus Patakies, con sus ritos africanos, cultos
religiosos, la música, la tradición oral y todo el sincretismo con la religión
católica. Por otra parte, la herencia española, los romances, juglares, la
tradición oral europea, los cuentos clásicos, la cultura gitana, los
portugueses, italianos y sus cuentos picarescos, las leyendas, la didáctica, la
formación moral y cívica. Existió una tradición literaria que de acuerdo con el
status social de la época otorgaba la posibilidad de acceder a ella. Los
campesinos recibían la herencia de los mitos, leyendas, cuentos de espantos y
aparecidos, los niños de la ciudad accedían a otro tipo de literatura, “más
culta”, según los conceptos de la época más estilizada. La literatura infantil
se nos da ante el desarrollo de un país en su lenguaje, en su identidad y forma
expresivas de finales del siglo XIX hasta principios del siglo XXI donde se
registra el proceso de desarrollo científico tecnológico, la vida en el campo,
los espantos y aparecidos, el cine, el teatro, la música.
Por
lo tanto, la literatura infantil venezolana
ha sido recopilada de las tradiciones y del folklore, donde se pretende
mostrar al niño venezolano su verdadera identidad en contra del bombardeo de
tradiciones extranjeras presentadas principalmente en la televisión. En nuestra
infancia hemos conocido los cuentos del Tío Tigre y Tío Conejo, del Tío Nicolás
o el De como Panchito Mandefuá cenó con el Niño Jesús de Pocaterra.
Recientemente la Fundación Banco del Libro, institución que se dedica a la
promoción, evaluación, edición y rescate de la literatura infantil en
Venezuela, organizó la exposición interactiva Muchos Libros, Muchos Mundos. Una
experiencia que buscaba dar a conocer el maravilloso mundo que se esconde tras
las carátulas coloridas de las ediciones para niños. Acciones como estas deben
repetirse ya que debemos rescatar esa cultura de la lectura en el niño.
Dentro de los principales autores
Venezolanos tenemos los siguientes:
María Pilar Quintero
(Estado Mérida- Narrativa). Psicóloga social y autora de libros para niños, su
obra se caracteriza por recrear un universo mítico arraigado en las tradiciones
orales de los Andes venezolanos. Ha publicado El día y la noche, La Fiesta de Lucía y Uribí: La madrina de las
palabras, entre otros títulos. Actualmente es Directora de la Editorial Nuestra
América.
Mercedes Franco
(Estado Falcón - narrativa) Licenciada en Letras por la Universidad Central de
Venezuela. En 1992 publicó la novela La Capa Roja, con la que ganó el galardón
al Premio Miguel Otero Silva, y obtuvo también en 1993, la Mención Honorífica
del Premio Municipal. En 1996 se editó Vuelven los fantasmas, libro distinguido
en la Lista de Honor IBBY, en 1998. Recientemente fue publicado su Diccionario de fantasmas, misterios y
leyendas de Venezuela. Otras obras suyas: La Piedra del Duende, publicada por Alfaguara
en el 2000, Cuentos para gatos y Cuentos de la noche, publicado por Playco
editores y Mención de Honor en el Concurso de Narrativa Juvenil Salvador
Garmendia 2002.
Efraín Subero
(Estado Nueva Esparta - poesía) Distinguido poeta, crítico, articulista,
ensayista. Destacado bibliógrafo e investigador de literatura infantil. Su
labor periodística le valió el Premio Nacional de Periodismo. Entre sus obras
se cuentan Bibliografía de la poesía infantil venezolana, Poesía Infantil Venezolana, y los
poemarios Isla de luz sobre el amor
anclada Casi letanía. En estos parajes,
Estancias del amor iluminado, Matarile, entre otros.
Carlos Izquierdo
(Estado Miranda - narrativa) Educador. Pionero de la televisión educativa en
Venezuela, en 1959 concibió y dirigió los programas televisivos “Jardín de
Infancia” y “Nuestros muchachos” del ME. Fue Director y animador del programa
radial “Cosas del Abuelo” y “Vida y ciencia” durante 28 años. Entre sus títulos
publicados para niños se cuentan ¿Qué le pasa a tío Cachicamo?, Antonio quería un caballo volador, Qué bueno es saber leer y el poemario Cosas del abuelo en San
Antonio.
Rosario Anzola
(Estado Lara - poesía) Maestra, escritora, investigadora y cantautora. Conocida
figura de la literatura infantil venezolana, ha publicado varios libros para
niños: Romance del nacimiento, El niño
de las calas, ¡Encontré una moneda!, y
El son del ratón y otras canciones, publicado por Monte Ávila Editores,
entre otros. Ha grabado dos discos para niños: Rosario Anzola canta cosas de
los niños y Canciones para jugar.
Mireya Tabuas
(Estado Miranda - narrativa) Periodista, dramaturga, narradora y guionista. En
dos oportunidades ha merecido el Premio Aquiles Nazoa de dramaturgia infantil.
También ha obtenido el Premio de Literatura Infantil, mención narrativa, en la
I Bienal de Literatura Mariano Picón Salas de Mérida, en 1991, y el Primer
Premio de la Bienal Internacional de Literatura Infantil Canta Pirulero del Ateneo
de Valencia, entre otros reconocimientos. Entre sus títulos publicados se
cuentan: Gato encerrado publicado por Monte Ávila Editores, incluido en la
selección White Ravens de la Biblioteca Internacional de Múnich y publicado en
Italiano por la Biblioteca de Florencia y
Cuentos para leer a escondidas, escogido por la seccional venezolana de
la IBBY como Mejor Libro del Año 2001, en la categoría Literatura Infantil.
Luís Carlos Neves
(Distrito Capital –poesía- narrativa-teatro) Abogado, docente universitario e
investigador en las áreas de literatura infantil, dramaturgia y narración oral.
Además de varios reconocimientos en los géneros cuento, teatro y poesía, en
novela obtuvo el Premio Andino de Literatura Infantil Enka. Algunos de sus
numerosos títulos son: Hazañas del sapo Cururú y Nuevas hazañas del sapo Cururú, Amigo es para eso, A jugar juglar, Carabela calavera, Duendes de aquende y allende, Antojo de oso, Arias imaginarias, Porras y cachiporras y amigos emplumados, todos editados por la Editorial
Isabel de los Ríos.
Marisa Vannini
(Distrito Capital poesía-narrativa) Historiadora, docente y autora de libros
para niños y jóvenes, entre los que destacan el libro de poemas. La palabra imaginaria y sus novelas juveniles El Oculto,
ganadora del Premio “Emilio Salgari”, en Italia, 1992, y La Fogata, con la que obtuvo en 1978 el
Premio Europeo de Literatura Infantil Provincia de Trento, en Italia. Ha
publicado numerosos títulos de poesía para niños y en narrativa pueden
mencionarse El gato de los ojos dorados, premio Mejor Libro
del Año 2002 otorgado por el Banco del Libro, Cuentos de gentes y de
árboles y, recientemente, Ellos también descubrieron el Nuevo Mundo.
Carmen Mannarino
(Estado Miranda - biografías) Figura pionera de la literatura infantil en
Venezuela. Investigadora, miembro fundador del Banco del Libro y editora de
libros para niños. Posee una extensa obra ensayística entre la cual destacan Orlando
Araujo; violencia, nostalgia y bohemia, Obra Poética de Enriqueta Arvelo
Larriva. Destaca su antología para niños sobre diversos aspectos de la cultura
venezolana titulada Aquí Mismo,
publicada por Monte Ávila Editores. En los últimos años se ha dedicado a la
escritura de atrayentes biografías para niños y jóvenes, entre las cuales pueden
mencionarse Luis Beltrán Prieto
Figueroa, un hombre país; Alberto Arvelo
Torrealba, la pasión del Llano; Orlando Araujo, el hombre y el escritor, Francisco Tamayo, científico y humanista,
entre otras.
Josefina Urdaneta
(Estado Zulia -narrativa) Destacada docente e investigadora del folclore
destinado a los niños, el cual ha difundido en importantes antologías como Alas de Letras y Contigo sí. Ha publicado
hermosas versiones propias de la tradición oral venezolana, entre las cuales se
cuentan El gallo de boda, La gallinita
rabona, Pequeño zambo, El sol y el agua, Pollito Pito, Cuento que te
cuento, y muchas otras.
Hugo Colmenares (Estado Táchira
-narrativa) Comunicador social, ganador del Premio Enrique Otero Vizcarrondo
como Periodista más destacado del Diario El Nacional. Autor de textos para
niños, ha obtenido importantes reconocimientos como el Premio Municipal de
Literatura del Ayuntamiento de La Grita por su novela para niños Cayena: la
vaca que estornudaba y la Mención de Honor en el Premio de Narrativa Infantil y
Juvenil Enka de Colombia en1998. Ha publicado
El tigre Zafiro Andaluz y una antología de cuentos en la Colección Grano
de Maíz de la Contraloría General de la República.
Iris Tocuyo
(Estado Nueva Esparta - poesía) Licenciada en Letras, pintora y escritora.
Libros infantiles publicados: Pájaro Cristal de Roca, Travesuras, Relatos de
había una Vez, Mi color Preferido, José
Eusebio y Cuentos de Gaitán.
Antonio Castro (Estado Mérida-
poesía-narrativa) Poeta, cantautor, escritor y narrador oral de cuentos para
niños y jóvenes. Ha sido merecedor de varios reconocimientos entre los que
destacan el Primer Premio en el Concurso Internacional de Cuentos para Niños de
Editorial Susaeta, en 1993 y 1995,y el Primer Premio del Concurso Nacional de
Literatura Infantil “Rafael Rivero Oramas” del Ministerio de Educación,. Ha
publicado. El hombre azul y otros cuentos,
Pájaro del corazón, Diario de Andina,
entre otros títulos.
Armando José Sequera
(Estado Lara - narrativa) Licenciado en comunicación social. Son numerosos sus
libros de investigación y divulgación científica. Su internacionalmente
reconocida obra de ficción para niños y jóvenes le ha hecho acreedor de
múltiples premios, entre ellos el “Casa de las Américas” en 1979, el “Diploma
de Honor IBBY” en 1996 y el Primer Premio en la Bienal Latinoamericana Canta
Pirulero del Ateneo de Valencia (Venezuela) en 1998, con el conjunto de relatos
titulado Teresa, publicado por Alfaguara- Santillana. Otros de sus numerosos
libros para niños son Fábula del Cambio
de Rey, Evitarle malos pasos a la
gente, Espantarle las tristezas a la
gente, publicados por la Editorial Isabel de los Ríos, y Fábula de la Mazorca,
editado por el Grupo Editorial Norma.
Velia Bosch
(Estado Bolívar- poesía) Considerada una de las figuras más prominentes dentro
de la poesía para niños venezolana. Entre sus poemarios se cuentan Jaula de Bambú, Arrumango, Las palabras y las
sombras.
Beatriz Mendoza S.
(Estado Carabobo - poesía) Docente de Literatura y de Arte. Escribe en prosa y
en verso, tanto para niños como para adultos. Su trabajo se caracteriza por su
delicadeza y musicalidad. Ha publicado los poemarios Viaje en un barco de
papel, Tarea de vacaciones.
Rubén Martínez Santana
(Estado Aragua – narrativa-teatro) Licenciado en comunicación social y docente
universitario. Versátil creador, ha recibido reconocimientos en cuento, poesía,
teatro, divulgación científica y música. Premio Nacional “Rafael Rivero Oramas”
de Literatura Infantil, otorgado por el M.E. Es además cuentacuentos, actor y
director de teatro, oficios en los cuales también ha sido galardonado. Ha
publicado varios libros para niños y jóvenes, entre ellos: Carrusel Limbus Circus Mágica y El Libro de los
libros, ambos editados por la Editorial Isabel de los Ríos, y Un gato en la
ciudad, de próxima aparición en la colección Abra palabra de Editorial Arte.
Marisol Pérez Melgarejo
(Estado Táchira - narrativa) Poeta y cuentista. Con el cuento “Los vuelos de
María” obtuvo el premio Concurso de Narrativa auspiciado por la Dirección de
Cultura del estado Táchira. La Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses lo
publicó en compañía de otros nueve relatos bajo el título de Laberinto. Parte de su poesía integra las
recopilaciones antológicas Color Sepia,
El pozo de los sueños y Poesía
Contemporánea Tachirense. Su obra ha sido objeto de estudios críticos y
aparecen reseñados en el libro Escritoras de Venezuela-Escritoras Tachirenses.
Diana Abreu
(Estado Miranda – poesía-narrativa) Cuentista, poeta y editora de libros para
niños. Ganadora de premios nacionales en ambos géneros. En el área musical ha
desarrollado y publicado un método para el aprendizaje de la lectura y
escritura de la música. Estos libros son utilizados actualmente en numerosas
escuelas primarias, conservatorios y orquestas infantiles. Entre sus obras de
creación figuran El soñador de Sueños
y Huellas en el aire, entre otras.
Marielba Nuñez
(Estado Miranda-poesía) Periodista y escritora. Su obra literaria para niños ha
recibido los siguientes reconocimientos: premio de la Bienal Augusto Padrón de
Maracay, en 1995, por el libro de cuentos
Fabulosos y más fábulas; premio de la Bienal Canta Pirulero del Ateneo
de Valencia, en 1996, por el poemario Abecedario con alas; Premio Manuel Felipe
Rugeles Consejo Nacional de la Cultura, en 1999, por el poemario Cantos del
bosque profundo, y Premio Miguel Vicente Pata Caliente de la Fundación Cultural
Barinas, en el 2003, por el texto
Pequeño Libro de las Bestias Olvidadas. Ha publicado el libro de
relatos Fabulosos y más fábulas,
actualmente en reedición, y próximamente estará en imprenta Abecedario con alas, editado por Monte Ávila
Editores Latinoamericana.
Rafael Rodríguez Calcaño
(David Carabás). Caracas, 1952. Licenciado en Letras (U.C.V.). Master en Lingüística
(Escuela de Altos Estudios Sociales, París). Reconocimientos: Mención Especial
en el II Concurso Internacional de Literatura Infantil de la Biblioteca Saint John
Perse de París (1989); Primer Premio en la I Bienal de Literatura Infantil de
la Contraloría General de la República (2001); finalista en la Cuarta Edición
(2005) del Concurso Internacional de Literatura Infantil Libresa, Ecuador.
Títulos publicados: El hombre que durmió a su sueño; La grandilocuente historia
del gigante Noctambul; La rebelión de las abejas; El abecedario del abuelo; La
Pelucha del sexto y su gata Leticia; Algo pasa en la nevera; Una oveja llamada
Dolly; Aromas y sabores del
trópico; Animales del trópico; Tus
tradiciones, Las vertiginosas aventuras
del trompo Girondo.
A
su vez existen otros autores venezolanos
ligados a la Literatura Infantil como son Silvia Dioverti (Estado Miranda –
poesía-narrativa), .Erika Shwab (Estado Portuguesa - narrativa), Armando Carías
(Distrito Capital- teatro), .Néstor Caballero (Distrito Capital- teatro), Henriette
Arreaza (Estado Mérida –narrativa- teatro), .Ligia Bianchi (Estado Miranda -
narrativa), Corina Michelena (Estado Miranda –narrativa), .Josefina Falcón de
Ovalles (Estado Miranda - poesía-narrativa), .Inés de Cuevas (Estado Mérida -
poesía), Isabel de los Ríos (Distrito Capital - poesía), Aminta Díaz (Estado
Guárico - poesía), Morelia Domínguez (Estado Anzoátegui -teatro), Romano
Rodríguez (Distrito Capital- teatro), Laura de Rokha (Distrito Capital –teatro),
Yolanda Pantin, .Jacqueline Golberg (Estado Miranda - poesía), .María Luisa
Lázaro (Estado Mérida - narrativa), Armando Quintero, Lolita Robles de Mora, Carmen
Delia Bencomo, Blanca Graciela de Caballero, entre otros.
Todos estos autores venezolanos
tienen un fin específico, que es lograr
en el niño una integración con el contenido de la historia, ejemplo de ello
tenemos los siguientes:
UN ABUELO, SÍ de Nelson Ramos, publicado por, Ilustraciones
de Ramón París, Venezuela-España: Ekaré, 2011. Esta historia trata de que un
abuelo se metamorfosea en distintos animales para consentir los deseos de su
nieto por tener una mascota. En un divertido paseo, el cuento nos conduce a una
experiencia visual innovadora, donde las imágenes juegan con luz y sombras a
través de pequeñas maquetas de papel hechas por su ilustrador. Ediciones Ekaré
nos trae un trabajo editorial complejo, que invita a espacios evocativos y una
lectura al compás de la familia. Ganador de “Los mejores libros para niños y
jóvenes” del 2012 además de formar parte de la lista IBBY 2012.
ABCIRCO de Gerald Espinoza, Venezuela:
Camelia, 2011; trata de un viaje lúdico a dos tintas por el mundo de las letras
y sus posibilidades. Bajo la carpa de un circo (creada desde las guardas del
libro), el lector visitará a complejos personajes u objetos que refieren a cada
una de las letras del abecedario. La editorial Camelia, junto al ilustrador
Gerald Espinoza, nos invita a acercar al niño al mundo de la asociación del
a,b,c, a través de la imaginación. Ganador de “Los mejores libros para niños y
jóvenes del 2012”.
CHAMARIO, de Eduardo Polo, Ilustrado por Arnal Ballester, Venezuela:
Ekaré 2007. Trata de Eugenio Montejo, bajo el heterónimo del colígrafo Eduardo
Polo que trabajaba para Blas Coll, construye un mítico entramado sobre el
origen de estos poemas. Chamario, cuyo nombre deriva de la palabra
chamo, recoge poemas lúdicos, construcciones poéticas y juegos del lenguaje que
acercan al niño al discurso poético. Su vigencia, aún en la actualidad, se debe
a la impecable edición de Elena Iribarren en la que supo comulgar los poemas
con el trabajo del ilustrador español Arnal Ballester, quien, por su lado, creó
un imaginario propio, lleno de color y humor, que no desentona con la potente
palabra de Montejo. Una joya de colección para niños, jóvenes y no tan jóvenes.
Ganador del premio “Los mejores libros para niños y jóvenes” del 2005 y forma
parte de la lista de honor IBBY, 2006.
RATÓN Y VAMPIRO, de Yolanda Pantin, Ilustrado por
Jefferson Quintana
Venezuela: Lugar Común, 2012. La reedición de los relatos de Ratón y Vampiro
cobra una nueva dimensión bajo la paleta de Jefferson Quintana. Imágenes
enmarcadas bajo la tradición de Leo Lionni, construidas a partir de la técnica
del collage, fortalecen con entrañables expresiones a estos dos personajes
azules. Su texto, escrito para cautivar a los más pequeños de la casa, es
acompañado por un CD que musicaliza las hazañas de estos simpáticos roedores.
Postulado para “Los mejores libros para niños y jóvenes” del 2013.
Dentro de la problemática de la literatura infantil se
encuentran diversos aspectos iniciados
por la sociedad industrial y el progresivo despoblamiento de las zonas rurales,
la incorporación de la mujer a la vida laboral, además del ritmo de vida
acelerado, han propiciado que los adultos pasen muchas horas fuera del hogar y
por consiguiente, que niños estén ocupados en múltiples actividades extra
escolares disminuyendo así las interrelaciones de este tipo en el ámbito
familiar. Esto sucede en todos los estratos sociales pues los adultos suelen
privarse de lo necesario para ofrecer a sus hijos los bienes y servicios
indispensables, y aun para satisfacer necesidades de segundo orden.
Otro
problema fundamental de la literatura para niños y jóvenes consiste en
determinar qué es y qué no es accesible o apropiado para ellos, según sus
edades. Es una dificultad que concierne a los creadores, a los maestros, a los
críticos, y en general a todo el que pretenda vincular a los niños con la
literatura. La crítica literaria moderna considera esencial el carácter de
"literatura", por lo que hoy se excluye, de la producción presente,
los textos básicamente morales o educativos. Esta es una concepción muy
reciente y casi inédita en su historia. La literatura para niños ha ido creciendo
a medida que se asentaba la concepción de la infancia como una etapa del
desarrollo humano propia y específica; esto es, según se extendía la idea de
que los niños no son ni adultos en pequeño ni adultos con minusvalía. En la
Edad Media no existía una noción de la infancia como periodo diferenciado y
necesitado de obras específicas, por lo que no existe tampoco, propiamente, una
literatura infantil. Eso no significa que los menores no tuvieran experiencia
literaria, sino que esta no se definía en términos diferenciados de la
experiencia adulta. Dicho esto, es preciso observar que el problema de la
captación infantil de la obra literaria está pensado casi siempre en términos
de información y conceptualización. Y más aun, en términos de ideas claras y
distintas. Pensado así, el problema podría resolverse determinando si la obra
implica o no datos y conceptos que escapen, por razones de edad o formación, al
desarrollo cognoscitivo e intelectual del niño. Una de las armas que maneja la
literatura infantil actual para hacerse más del agrado de los niños es el
empleo de las imágenes en el libro ilustrado. Las ilustraciones constituyen en
la actualidad un caso de especial atención, ya que llama bastante la atención
de los pequeños quizás por el colorido y las formas de las caricaturas.
Lo más importante y lo que se
busca con la literatura infantil, es que el niño disfrute de la obra, que se
emocione, que viva cada una de las anécdotas de los personajes, que conozca
otros lugares, que imagine, que sea crítico ante lo que lee, en fin que cree
una historia partiendo de la ya existente, mientras desarrolla sus capacidades
de lectura y su vocabulario, sin importar lo que entienda o lo que se aprenda
del texto como tal. Lo específico de la literatura infantil no es alimentar al
niño con una versión del mundo a su nivel. Lo que la caracteriza es haber
convertido en rasgo estilístico la forma singularmente creativa que tienen los
pequeños de mirar, de relacionarse con el mundo y como expresarlo. Un adulto
que, si es un auténtico creador, no vacilará en singularizar su discurso
volcando en él toda su vida de sus ilusiones a sus terrores para configurar una
obra única y personal, para nada inferior a la de quienes escriben para
adultos, pero que, estilísticamente, será reconocible como parte del universo
estético infantil.
Cuando hablamos de realidad y fantasía en la Literatura Infantil, vemos que la actividad lúdica de los niños, como la fantasía y la
invención, es una de las fuentes esenciales que le permite reafirmar su
identidad tanto de manera colectiva como individual. La otra fuente esencial es
el descubrimiento de la literatura infantil, cuyos cuentos populares, relatos
de aventuras, rondas y poesías, le ayudan a recrear y potenciar su fantasía. La
literatura infantil, aparte de ser una auténtica y con alta creación poética,
representa una parte importante de la expresión cultural del lenguaje y el
pensamiento, ayuda poderosamente a la formación ética y estética del niño, al
ampliarle su incipiente sensibilidad y abrirle las puertas de su fantasía. Sin
embargo, así como la fantasía es un poder positivo que estimula la creatividad
humana, es también un poder peligroso, sobre todo, si a través de ella se
exaltan valores que rompen con las normas morales y éticas de una sociedad determinada.
Es decir, la fantasía por la fantasía no es ninguna garantía para que la
literatura sea de por sí buena y sus fines constructivos. La fantasía, como
cualquier otra facultad humana, puede ser usada como un recurso negativo. Esto
ocurre, por ejemplo, cuando por medio de una obra literaria se proyectan
prejuicios sociales o raciales, con el fin de lograr objetivos que son
negativos para la convivencia social y la formación de la personalidad del
niño. Los mecanismos de la imaginación, tanto el transmisor (autor) como el
receptor (lector), saben que el argumento y los personajes de una obra
literaria no siempre corresponden a la realidad, sino a la fantasía de su
creador, quien a diferencia de lo que sucede en la vida concreta, determina con
su imaginación el destino de los personajes, el hilo argumental, la trama y el
desenlace de la obra. En este caso, la fantasía del autor nos acerca a una
nueva realidad que, aun siendo ficticia, ha sido inventada sobre la base de los
elementos arrancados de la realidad. En tal virtud, la fantasía no sólo cumple
una función invalorable en la vida del escritor, sino también del hombre de
ciencia. La fantasía prueba las posibilidades del pensamiento, encuentra nuevos
medios y realiza los proyectos que luego se modifican con un pensamiento
crítico. La fantasía es una palanca que sirve para transformar una realidad
determinada y crear una obra que aún no existe.
Si
bien es cierto, los cuentos populares
han nutrido durante siglos la fantasía de grandes y chicos, también
cierto que ha llegado la hora de plantearse la necesidad de forjar una
literatura específica para niños, una literatura que desate el caudal de su
imaginación y se despliegue de lo simple a lo complejo; caso contrario, ni el
libro más bello del mundo logrará despertar su interés, si su lenguaje es
abstracto, su sintaxis intrincada y su contenido exento de fantasía. Asimismo,
se debe partir del principio de que la imaginación está estrechamente vinculada
al pensamiento y que el pensamiento mágico del niño hace de él un poeta por
excelencia. Por lo tanto, toda obra que se le destine debe tener un carácter
imaginario, un lenguaje sencillo y agradable, se le debe añadir, ilustraciones
que le llamen la atención. Sólo así se garantizará que el niño encuentre en la
obra literaria a su mejor compañero.